En Redacción Médica, Esther Ortega consulta al prestigioso jurista Ricardo De Lorenzo sobre la cuestión. El experto indica que “dejar mensajes o carteles a vecinos sanitarios, o cualquier otro colectivo profesional expuesto al coronavirus puede ser constitutivo de un delito de amenazas o de coacciones, siempre en función del contenido de esas notas o la insistencia con que se transmitan”, pero a la hora de calificar penalmente estos comportamientos, “debe descartarse que estos casos constituyan un delito de odio, sino que se enmarcarían más en las coacciones o amenazas, si estas últimas se dieran en los mensajes”.